Ubicado al final del Valle del Árrago es pueblo pequeño dónde aún se conserva ese marcado aire antiguo lejos de las masificaciones turísticas.

Sorprende por su singular núcleo de arquitectura popular con la madera, pizarra y adobe, dónde la mano del hombre ha ido tejiendo un paisaje evocador de callejuelas y pasadizos, capaz de transportar al viajero observador a un mundo de olvidadas sensaciones. Y siempre de fondo, el sonido del agua...

Declarado Conjunto Histórico de interés Cultural por la Junta de Extremadura, Robledillo de Gata es un auténtico patrimonio de la cultura rural extremeña.